EN LA HISTORIA DE
LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA
La Carta Puebla otorgada por el Ayuntamiento de Sevilla a Villafranca de la Marisma, en 1501, para su fundación junto a la antigua villa de Los Palacios, reconocía el territorio destinado al cultivo y el número de aranzadas de vides a repartir entre los integrantes del vecindario que vinieran a poblarla. Cada unidad familiar recibió, por tanto, un lote de tierras dedicadas al cultivo de la uva.
Nuestros antiguos pueblos de Villafranca de la Marisma y Los Palacios se encontraban ubicados, estratégicamente, al pie del camino que unía a Sevilla con los puertos gaditanos.
De la uva cultivada en estas tierras, en emulación a la que ya recogieron también los romanos y árabes, se extraía un vino que viajó hacia América, en el Siglo de Oro, a través de las embarcaciones que participaban en el negocio colonial de la Carrera de Indias. Fue así como nuestro vino terminó pasando de un comercio meramente comarcal a otro de carácter internacional.
Luego, en el siglo XIX, cuando se unieron Villafranca y Los Palacios, una plaga de filoxera devastó los viñedos de pueblos, ciudades y provincias andaluzas enteras. Pero el conjunto de viñas de nuestro pueblo consiguió sobrevivir, después de que la bacteria no llegase a perjudicarles, debido a las peculiares cualidades climáticas y organolépticas del campo de Los Palacios y Villafranca. Esta circunstancia tan favorable propició que pudieran mantenerse las vides y, por tanto, conservarse así toda la producción vinícola de nuestro espacio productivo.
En 1921, el Ayuntamiento de nuestro municipio acordó incluir en el escudo municipal la representación de la vid, junto al olivo, y las dos personas que aparecen dándose la mano en la franja principal del mismo, una vez que la uva pasó a convertirse en el producto mayoritario de nuestro campo, por delante, incluso, del olivo y el tomate.
El dulzor de las uvas de Los Palacios fue de gran estimación por los grandes productores del vino, por lo que eran continuamente demandadas grandes cantidades de ellas, desde lugares tan emblemáticos como Jerez de la Frontera, cuyo mercado se interesó en adquirir nuestros arropes y mistelas para atemperar sus vinos. Entre las variedades de uvas más célebres de nuestro campo ha sobresalido históricamente la uva negra mollar.
Uno de los cultivos más comercializados, desde los inicios de esta Sociedad Cooperativa Agraria en 1968, fue precisamente el de la uva. La cogida de la «Uva de plaza» se completaba con la recogida de uva destinada al Lagar, al final de la campaña agrícola, cuyos caldos se empleaban fundamentalmente para una producción muy minoritaria y localista de vinos y vinagres. En las instalaciones de nuestra Cooperativa Las Nieves existió siempre una Bodega en la que se «pisaba», con el propósito de abastecer un Despacho de Vinos en el que se comercializaban mistelas, mosto autóctono. Sin embargo, el embotellamiento comercial de los vinos de Los Palacios y Villafranca no comenzó a realizarlo oficialmente nuestra institución agrícola hasta la década de 1990.
Enólogo
Miguel Ángel Gavira
El Señorío son vinos elaborados con uvas Airén, Molla, Chirac y Merlot, seleccionadas viñedo a viñedo entre las uvas de más edad buscando la graduación y los aromas adecuados. «Hemos conseguido unos vinos con carácter y personalidad que han cumplido con nuestras expectativas de calidad, avalándonos como un de los vinos más valorados de la provincia» .